miércoles, 27 de agosto de 2008

Los Balseros


La historia de los balseros cubanos siempre me ha llamado la atención por su amor a la libertad de los Derechos Humanos. Hombres y mujeres dispuestos a todo, con tal de alcanzar la anhelada libertad. Hombres y mujeres en busca de justicia y democracia aun que pierdan la vida en el intento. 



Pero existe otra historia de unos balseros franceses que tuvieron que recurrir al canibalismo para poder sobrevivir. Tal fue el impacto que un pintor llamado Theodore Géricault en 1819 plasmó en un gran lienzo una pintura que hace referencia al naufragio del barco francés “la Medusa”. La pintura se encuentra en el famoso Museo del Louvre.

Era un 2 de Julio de 1816 cuando una fragata francesa encalló cerca de Marruecos a causa de la negligencia de su capitán: no había suficientes botes salvavidas. Con los resto del navío formaron la única balsa que mantuvo a 149 personas a salvo. La tempestad los arrastró al mar abierto por más de 27 días sin rumbo. En mitad del mar, una fragata de la marina francesa avistó a los náufragos, pero no los recogió. Los sobrevivientes fueron presa del hambre, la sed, la insolación y las enfermedades. Murieron muchos y el resto sobrevivió comiendo cadáveres. Finalmente de los 149 sólo quedaron 15 personas vivas, en condiciones deplorables cuando un carguero los encontró y los devolvió a Francia.  

La dramática experiencia de los supervivientes, impresionó al gran artista Theodore Géricault quien hizo un estudio sustancial de los detalles para su pintura. Entrevistó a los sobrevivientes, a los enfermos e inclusos vio a los muertos. Horrorizado por el testimonio de los sobrevivientes, reprodujo la íntima realidad humana en esa situación.

Géricault al plasmar en el lienzo su magistral obra, La Balsa de la Medusa, buscó producir una visión completamente dantesca de los hechos. Una balsa medio deshecha por el oleaje: los cuerpos muertos, putrefactos, mutilados, y desperdigados por la balsa. Esta pintura busca producir una sensación de catarsis y conmoción entre el público. Retrata a escala heroica el sufrimiento de la humanidad. Los personajes componen toda una galería de las expresiones posibles. Desde la desesperación más absoluta del anciano que da la espalda al barco, pasando por los primeros atisbos de la esperanza, hasta llegar al entusiasmo desbordado de los hombres que agitan sus camisas al horizonte.

Si fijamos la vista en la pintura, vemos las diferentes actividades humanas que se manifiestan en los momentos límites de la vida. Ahora nos toca a nosotros pensar en qué lugar del cuadro nos encontraríamos nosotros cuándo atravesamos situaciones difíciles y de qué forma las enfrentamos.

La Balsa de la Medusa, representa este hermoso planeta azul que lucha por mantenerse verde y descontaminado. Los tripulantes reflejan la actitud de la humanidad que cada uno de nosotros adopta ante las circunstancias de la vida. El simbolismo de la pintura es evidente, la suerte y el azar condicionan el destino de los náufragos, cuyo drama, la desesperanza marcada en sus rostros, está presentada en el famoso lienzo. El mar no tiene nada de bello: es el villano, el asesino, el depredador que al acecho en busca de nuevas víctimas.

Poco puede decirse de esta celebérrima obra que no se haya dicho ya. 
Por lo tanto, la reflexión de hoy es:

1. ¿Cuántas veces en la vida atravesamos por situaciones difíciles? ¿Qué hacemos con el sufrimiento? ¿Lo exaltamos o lo ignoramos?
2. ¿De qué forma enfrentamos las crisis? ¿Nos dejamos derrotar? ¿Tiramos a la deriva todas nuestras fuerzas? ¿No creemos que exista una solución posible? ¿Dudamos de todo y de todos?
3. ¿Somos los que mantenemos la esperanza por encima de la adversidad?  
4. En lo personal creo que la esperanza está en Jesús. El es quien nos hará triunfar en cada circunstancia que nos toque vivir.
5. “Por que tú (Dios) eres mi esperanza”, dijo el salmista (Salmo 71:5)
6. Exaltemos a Dios aun en medio del dolor.

* Más información este artículo: Bladé, Rafael: ¡Viven! (Historia y Vida, # 470)
Dr. Luis L. Gavin
Asesor de Desarrollo Humano
Avc_2mil@yahoo.com
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La Violencia Doméstica


La Violencia Doméstica afecta a hombres y mujeres de todas las edades, razas, religiones y niveles de ingresos. Cada día el porcentaje se incrementa de los hogares que experimentan alguna forma de violencia.

La Violencia Doméstica, es una conducta aprendida en el hogar. Si queremos terminar con la violencia, debemos desaprenderla. El alcohol y otras drogas desempeñan un rol en muchas situaciones de violencia doméstica.

Esta violencia se manifiesta en abuso conyugal, maltrato hacia los niños, abuso sexual a niños y niñas, maltrato a los ancianos, maltrato a los padres por parte de los hijos o violencia entre hermanos.


El Ciclo de la Violencia. 
Leonor Walker, autora de The Batterred Woman, ha encontrado, conversando con muchas mujeres y hombres sobre sus relaciones, que existe un claro ciclo de la violencia que cada pareja experimenta a su propio modo

Primera Fase: Acumulación de tensión. 
Durante esta fase existe una tensión que puede tener resultados de las constantes discusiones, del silencio con que se trata, o de la combinación de ambos. A veces aparece una violencia menor, otras veces no. Esta etapa puede durar desde días hasta años. La tensión se acumula y acumula, hasta el momento de la explosión.

Segunda Fase: Explosión, episodio de golpes.
Esta etapa es acerca de la cual leemos en las noticias policiales de la radio, TV y periódicos. La violencia puede consistir en puñetazos, patadas, mordeduras, cachetadas, intentos de estrangulamiento, empujones, roturas de brazos y nariz, ojos amoratados o ataques con objetos pueden lastimar seriamente.

Esta fase puede durar minutos o días. La violencia termina porque la mujer se va, porque se llama a la policía, porque el hombre toma conciencia de lo que está haciendo, o porque alguien necesita ser hospitalizado.

Tercera fase: Luna de Miel, período de tregua y calma amorosa.
Durante esta etapa el hombre generalmente pide disculpa por lo que ha hecho. El está muy arrepentido. Puede comprarle flores y regalos, prometerle que nunca volverá a pasar, y a veces rogarle que lo perdone.

La mujer generalmente lo perdona porque quiere creer que nunca volverá a ocurrir, aunque sabe que sí ocurrirá. Esta etapa se ira debilitando y la tensión de a poco volverá a acumularse. Y así continua el ciclo maligno.

Cuando hablamos de violencia doméstica podemos estar aludiendo a cuatro tipos deferentes de violencia:
1. La violencia física.
2. La violencia sexual.
3. La destrucción de propiedad y mascotas.
4. La violencia psicológica.

La violencia, es sólo una de las formas de expresar el enojo. El no controlar la ira, puede significar la pérdida de una relación o puede ser arrestado y perder su libertad, y definitivamente, el enojo es una demostración de no quererse a sí mismo. 

La Violencia Doméstica, un comportamiento aprendido
• Aprendido a través de la observación.
• Aprendido a través de la experiencia y el reforzamiento.
• Aprendido en la comunidad: escuela, grupos de personas, etc.
• Aprendido en la cultura.
• Aprendido en la familia.

Si usted se ha sentido identificado con este artículo, busque ayuda profesional lo más pronto posible.

Dr. Luis L. Gavin
Asesor de Desarrollo Humano y
Ministerio Familiar
Avc_2mil@yahoo.com